Ahora me recojo y me voy con la ausencia
Decías que mi vida era introspección
Mirada al infinito y contemplación de un destino imaginado
Nunca me he sentido interpelado
por la llamada de la civilización jerarquizada
Inadaptado al tiempo y a los vientos de hoy en día
Recuerdo la sonrisa de tus mañanas
Y la quiebra de mis noches perdidas
Te ibas
Yo me quedaba con la desidia y el canto de las cigarras
Quizá salga a las calles nubladas
Con la soledad como compañera de viaje
A rastrear el paso de un futuro siniestro e impreciso
Veo caras ajadas por años que matan
Veo el cansancio que sube a los vagones del metro
Veo la esperanza que vuela con las golondrinas en primavera
Los espíritus de nuestro ayer se esfumaron
El vagabundo del mañana habitará en mí
Le he dejado caminos que no llevan a ningún lado
Y rincones desiertos donde dormir penas y miedos
Cierro los ojos a la oscuridad
Para ver si la luz ilumina la senda de mi conciencia duermevela
Maravilloso poema Ángel, enhorabuena, estremece.
ResponderEliminarPero cerrar los ojos a la oscuridad ya es un gran paso y en un camino en sí.
Besos.