Son
las siete de la mañana
Te
levantas con el cuerpo dormido
Un
café para despejarte
Te
acicalas
Te
vistes
Te
marchas
Es
la hora de que otros ganen el pan
con
el sudor de tu frente
Para
ti ni las migajas
Ya
en la calle
Saludas
a tu vecino que pasea al perro
Él
no va a currar
Es
un desempleado fijo por cuenta propia
Hacinados
en el metro
Rostros
serios y apesadumbrados
pululan
sobre tus narices
Ideas
vagas afloran por tu cabeza
Tal
vez deberías prender fuego a la empresa
La
misma que recortó tu salario de infamia
La
misma que te amenaza con el despido
día
sí día también
Bajas
en tu parada
Afuera
la gente camina deprisa
hacia
ninguna parte;
sin
saber que la muerte se lo toma con calma
El
cielo está negro y amenaza sepulturas
Hoy
nadie respaldará tu plan de eterna huelga general
Hoy
nadie alzará la voz a favor de los compañeros despedidos
Hoy
cada cual va a la suya
El
jefe os sonreirá
Hace
tiempo que ganó la partida
Queda
más de ocho horas por delante
Quizá
más tarde que temprano abandones el corral
Aunque
temes que sea por voluntad ajena
Es
la hora de penetrar en las tinieblas
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