El
refugio interior
de
nuestra prisión
entre
huesos rotos
allí
nos destrozamos
doliente
cuerpo
Ya
no hay escapatoria
Sólo
cúmulos de reproches
Y
una defunción para la ternura
que
años atrás prodigábamos
bastardas
mentiras de un futuro que nació muerto
Nos
vamos con las maletas vacías
Con
el graznido de los cuervos
como
banda sonora de los días negros
A
tocar otros vientos
A
dormir en los laurales
Y
sobrevivir
En
otros mundos con la misma sempiterna mentira
Enclaustrados
En
nuestro castillo de arena interno
Sopla
el viento
Se
desmoronan las sonrisas, los llantos, las esperanzas
Nadie
dice nada
Sobran
las despedidas
Fijaremos
nuestra residencia
en
los abismos y sus alrededores
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