Soy
un presente descendente
Un
cúmulo de recuerdos
guardados
en el cajón de la desmemoria
almacén del olvido
La
prisión que encierra el camino
La
llave que abre el paso a otros destinos
No
hay mayor frontera
que
los muros levantados con nuestras propias manos
Nos
impide avanzar
Los
días siguen
Nuestros corazones se paran
Sanar
el ala rota del pájaro cautivo
Dejarlo
volar
Largarnos
a otros naufragios
Ahora
que no quedan ni los restos
En
este solar de abrazos descompuestos
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