Suena
el despertador
Apuntan
a la yugular
Las
agujas del reloj
Ojos
arrancados de sueños profundos
El
agua en la cara
Estalactitas
clavadas en la piel
Termitas
en el cerebro
Anidan
cucarachas en el corazón
Todos
los días igual
Mañana
vuelta a empezar
Laberintos
sin salida
Me
quedo solo
Comienza
la escalada
Arañas
que tejen casas donde les place
Nada
es de nadie
El
canto de los pájaros
El
monte no escucha el sonido metralla del reloj
El
infinito abraza mi cuerpo
Quien
fuera
El
aleteo de la urraca insumisa
Va
y viene
Sin
pedir cuentas a nadie
Sin
dejar huellas asesinas
La
niebla camufla la ignominia de los asimilados
Cierra
la ventana
No
sea que se escape
El
pensamiento anestesiado
Y
le dé por vivir en libertad
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