Levantado
de la oscuridad
Andando
a tientas hacia ningún lugar
Donde
no hay más vías
Que
las muertas de necesidad
Cuando
caiga en la luz
Sabré
que el triunfo del día
Se
apoderó de mi voluntad
Hoy
me declaro soberano en la miseria de mis recuerdos
Yo
y mis tinieblas
Yo
y mis desesperanzas
Yo
y mis alegrías
Las
manos que quieren golpear
Juntarlas
con otras perdidas
Las
que conjuran ternura
Las
que están oprimidas
Las
que desean caricias
Y
no tormentos
Escribiendo
caracolas en la mar de nuestras orillas
Esa
voz que grita en los altares
La
ahogué con mis dedos
Oídos
sordos a los embustes
Agria
leche de cabra
Nos
quieren estabulados y ordeñados
La
oración que mató a Dios
La
encrucijada de mis caminos
Un
lamento donde llorar
Un
refugio entre tus brazos
La
duda mató a la certeza
La
locura asesinó a la cordura
Todo
bien ordenado
Desubicado
en estas parcelas sin tierra
Con
desempleo fijo
En
la nada de los destinos
Masacrados
por las derrotas
Tras
la marcha de los cangrejos
Moriremos
con la victoria en las manos
Allá
donde las sensaciones
Desaparecen
en la ausencia del vacío
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