Se
apagaron las luciérnagas
Que
alumbraban los caminos
Sólo
hay oscuridad
En
este manto de miseria
No
me llores más
Las
lágrimas que se derraman
Lluvia
ácida sobre mi terreno embarrado
Te
espera el patrón
Látigo
en mano
Trabajo
extenuante
Devorado
por la monotonía asesina
La
pequeña sonrisa de tu vida secuestrada
Te
exige determinación
De
hoy no pasa
Las
flores en el campo
Las
que no ves
Sólo
fábricas
En
estas idas y venidas
De
este cuento con final infeliz
Te engañaron
Te alienaron
Dulce veneno que en las
escuelas suministraron
Soy el guardián de las armas
El estremecimiento de mi
cuerpo
Espera ansioso el arrebato
de los lobos
A veces desesperación
En ocasiones cautela
Hoy me dijiste
Que no podías más
Que duelen los puños en la
cara
Que falleces todas las
mañanas
El espejo donde nos miramos
El espectro burlón que nos
fusila
Con nuestras miradas
Detrás del cristal
Los ojos sangrientos de
noches que no duermen
Hoy te dije
Que el muro que fractura
Los huesos que a la
estampida van a por él
Derribado será
Dame un tal vez
Que la derrota nos condena a
muerte
Que las manos siempre
anhelan
El mazo que han de levantar
No hay comentarios:
Publicar un comentario