El
desierto de tu sed
La
ausencia del abrazo
Los
besos deseados
El
campo baldío
Reflejado
en ojos disidentes
Bosque
silvestre enemigo de azadas
Llegó
el adiós
Llegó
la hora
El
camino se volvió barranco
Ahogado
en las tinieblas
Con
miedo
Con
ignorancia
Con
vanidad
No
hay chispa posible
Ni
puño de luz
Que
prenda fuegos
Que
han de arder
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