Un
destino
Deambular
en la nada
Arrojado
en la locura
Donde
la simiente se convirtió en risa
No
ser más que pensamiento
El
triunfo del asceta
No
me importa la mano
Que
estrangula la necedad de las palabras
Que
surgen de labios marionetas
Metástasis
de un cáncer terminal
Los
recuerdos del ahogado
De
lo que ya no existe
Del
garabato pretérito
En
el papel naufragado
Detrás
del muro
De
los escombros de una vida
Que
no llegó a ser
Más
que el palpitar del corazón
Una
mirada furtiva
De
unos ojos que vieron
Donde
ya no estoy
En
el ayer
Ahora
Repito
el jamás que vendrá a degollarme
Las
horas se van
Y
el cuerpo se pierde
Mas
la ilusión queda
Del
viaje hacia las cabras
Donde
saltan locuras por decir
Mentiras
ya regurgitadas
Azada
en mano espero
Al
hacedor de espinazos partidos
Retuerzo
la palabra bien dicha
Renazco
detrás de los matorrales
Acunado
por ortigas
Donde
la razón se perdió
Tras
la nebulosa donde perecieron cerebros
Vaciados
tras el motín de las ratas
Agazapados
esperamos
El
estruendo del éxtasis
A
punto de estallar
Para
divagar en nuevos amaneceres
Cazando
bocas cansadas
De
repetir el discurso
De
la ausencia de versos
En
este devenir por las cloacas
De
la vida en venta cotidiana
Plantación
de flores muertas
Y
a ti te mortifiqué
Bebiendo
veneno de lenguas viperinas
No
hay perdón para los pecados
En
esta oración de bomba en tu cabeza
Y
la oscuridad se cimentó
En
la rebelión de ciegos
Aullando
en el abismo
Acuchillando
la estridente voz
Que
emana sangre corrompida
La
vil esencia
Que
encarcela espíritus
De
almas perdidas
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