El
grito del silencio despertó al sueño
Cuando
el amanecer dormía sus abominaciones
Miles
de cuerpos troceados saltaban de los enjambres
De
esta ciudad falsificada
Nubes
negras que se eternizan en la pesadilla
Aguardan
tempestades que caerán
Tras
el viento que mata su ausencia
Sueldos
que huelen a esclavitud perpetua
Salarios
que saben a hambre
Mentes
mutiladas que engañan su estupidez
Tras
el vertedero de las pantallas
Heroinómanos
de la personalidad perdida
Muertos
sin sepultura que se arrastran por calles inermes
Caciques
subidos en tribunas
Aplauden
su democracia
Y
el demos fue fusilado tras la tapia de la barbarie
Arribistas
colocados en puestos de horror
Por
el dedazo del calumniador parlamentario
Programa
del día que el sol calcinó
Tierras
comunales bombardeadas serán
Una nociva plantación de edificios brotará
Y
el robo te cogió en la playa
Bañando
tu radioactividad en el Mar Muerto
Insumisos
de la alienada cordura tiroteados
Programa
oculto de partidos purulentos
Pagados
con tus infiernos
Millones
de niños devorados por el banquero
Genocidios
que la injusticia esconde
No
hay micrófono
No
cuentas
El
puño de la invisibilidad arrojará jubilosa revancha
Aduladores
antropófagos
Tribus
babeantes aplaudiendo al traficante
De
las desesperanzas delegadas
Agua
del abrevadero
Quieren
que te envenenes la lengua clandestina
Que
te fundas entre el gregarismo atomizado
De
esa agua no beberás
Me
pierdo entre los manantiales
La
libertad aplaca la sed
Salen
a cazar
Los
esputos del averno
La
disidencia que clama vendettas
No
hay lobos abrevando
Prefieren
el agua de los ríos
Las
batidas se ciernen sobre nuestras cabezas
Pensantes
Danzamos
entre los arbustos salvajes
El
canto de la savia que se introduce en nuestras venas
Al
acecho entre los pinos
Viviremos
la alegría del rocío mientras llueva
Náufragos
del sistema
A
transmutarse en armas liberadoras
Me
voy al monte de tu felicidad
Que
todavía el tiempo respeta
Para
saborear el cáliz que colmará
Nuestra
sed de venganza
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