Me
despidieron
Me
dijeron que iba a mi aire
Que
no era rentable económicamente hablando
Ni
lo quiero ser
Me
dieron una indemnización de risa
junto
al salario de hambre
Recurrí
Los
apóstoles del capital
Me
instaron a que me reinventara
Les
esputé en la cara
Antes
que abeja en la colmena
Lobo
solitario en la estepa
El
mundo vendido a los mercaderes del crimen
Todo
lo que pensé
Sucedió
al revés
Y
así andamos
Cabeza
abajo
El
enemigo acecha
Estamos
desarmados
y
a pecho descubierto
Esas amables criaturas nos muestran el camino y nosotros nos afanamos en crear un enemigo y darle alas. Si tropezamos con una escollo siempre es culpa de éste, nunca nos detenemos a pensar en el aleccionamiento de los pedregales o, en el mejor de los casos, la forma de evadir su coyuntura.
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