Ahora
que afuera hace frío
En
esta intemperie tan desapacible
En
este viento que nos deja
No
hallamos el preciso momento
Para
hablar de todo y nada
Para
mirarnos a la cara
Será
que no hay llanto para el desencuentro
Tan
sólo indiferencia tras las pupilas de hielo
Mitad
de otoño
La
vida se repliega
Naturaleza
muerta
Y
entre ella tú él y yo
Las
verdades que se sepultan
bajo
las difuntas hojas de un triste adiós
das voz y música a los exabruptos del desierto, nos rodean demasiadas paredes y yugos, el capitalismo está en su esplendor, por eso la vida va a veces en llamas, herida, convulsa, pero nunca te canses Ángel, tu fuego ilumina lo más oscuro, habrá un lugar para estirar el corazón y relinchar sus barricantos, libres.
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