De
las cenizas de los recuerdos
Haré
un gran santuario del olvido
Ya
nada es lo que fue
Dicen
que te vas construyendo día a día
Mas
sólo veo destrucción
La
escuela de la infancia
El
trabajo mal pagado
Sé
un buen consumidor
Un
espectador de la vida obediente
Olor
a muerte en el café de las mañanas
Sabe
a amargura y taquicardia en el corazón
Ir
a
toque de diana
para
ser pieza oxidada
a
la fábrica de las desdichas
O
no ir
y
no quebrarte
Ya
no descuelgo el teléfono
Sólo
soy ausencia
de
este vivir por un salario
La
muerte de la humanidad
acaeció
delante de mis ojos
Sin
desorden no hay esperanza
Sin
fuga no existe el camino
Sin
abrazo naufragamos en la tempestad
Desheredado
en busca de amor
Vagabundo
que no quiere ser de nadie
que
no existe el mañana
que
le dicte adonde largarse
Di
este mundo
y
dirás cataclismo
La
obediencia de muchos
La
tiranía de pocos
Hallaré
la paz
cuando
la guerra estalle en mi interior
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