Vivimos
en terreno pantanoso
Afortunadamente
Crece
esa pequeña flor de tallo fuerte
Raíces
arraigadas en mí
A
simple vista sólo divisamos horizontes oscuros
Pisamos
arenas movedizas
El
aire cubre de arena los ojos
Ciegos
de ver la miseria reinante
Desguazada
la mirada
Se
pierde el alma en los cementerios
Pero
no todo está perdido
Te
cuido
Una
leve sonrisa asoma tras la ventana
Sé
que crecerás
Como
árbol gigante me darás sombra
Olvidado
me iré
Refugio
de un recuerdo
Veré
mi piel cuartearse
Sin
remedio
Ron
añejo o leche agria
Depende
del gusto con que nos miremos
El
precipicio anuncia su llegada
Espero
que tengas un segundo para recordarme
Los
juegos felices de un calcinante día de verano
Y
alrededor
Todo
ardía en violento fuego destructor
Poco
importaba
Cuando
los años asesinan nuestro tiempo
La
soledad es la única y fiel compañera
Dale
pan al hambriento que tienes al lado
Clavémosle
un puñal al genocida que pisa nuestras cabezas
Y
así
Descansaremos
con el deber cumplido
Con
la paz eterna bendecida
Cuando
el espejo nos escupa
La
hoja marchita que en su seno el viento se lleva
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