Ya no somos eternos
Nunca lo fuimos
En la juventud tal vez
Todo se ve de manera distinta
Siempre dispuestos al engaño
A vivir a todo tren
Hasta que descarrilamos
Hoy la ciudad está tranquila
Sin corazón ni alma ni aborígenes
Mas con miles de lugares donde gastar dinero y tiempo
Tiempo que nos devoró
Hacemos un café
Cualquier bar estará bien para hablar de nada
Y de todo que es el barranco que se refleja en los ojos
Paseo con mi perro viejo renqueante
Dónde vamos
La vuelta de la esquina es meta y salida
Me despedí de ti
La niebla nos separó
Voy rememorando olvidos y pesares
Cruzo el puente de los recuerdos
Paso por la calle de los desamparados
La mirada triste de mi perro suplica ternura
Desando melancolías y árboles sin viento que los baile
Por el camino no hallo respuestas a las preguntas
El destino deja de ser ya imprevisible
Ya somos efímeros
Déjame vivir al día
Que lo demás ya no importa
Los nichos están llenos de ilusiones
Y mis noches sólo esperan una estrella donde alumbrarse
Ya se puede prever el destino, parece que no habrá remedio. En la mirada de los perros se percibe.
ResponderEliminarUn abrazo grande.