En
lo alto de la palestra
En
el circo de la televisión
Allí
se halla
El
mandamás de la nación
Hablará
por boca de todos
Sin
que demos permiso para la ocasión
Y
cobrará en su solo bolsillo
Sin
recibir nada a cambio
Robándonos
hasta el aguinaldo
Es
una marioneta del capital
Cuando
deje su puesto a otro
Será
bien retribuido por los servicios prestados
La
miseria del obrero
El
desahucio programado
La
angustia del desempleado
Le
importa nada y menos
Su
cometido es administrar los intereses del privilegiado
Acaparar
voluntades a diestro y siniestro
Con
los poderosos
es
el más rastrero de entre todos los gusanos
Contra
los débiles
el
látigo más sanguinario
Así
es el hombre
que
gobierna esta vereda
Micrófono
en mano
Diga
lo que diga
Siempre
hará lo mismo
Lo
que mande el señor traficante de personas
Lo
que señale el banquero
Fiel
siervo de su amo;
el
presidente del Imperio
Esputo
nauseabundo en el centro de nuestros ojos
Y
si mañana cae en desgracia
Colocarán
a otro
La
mímesis del anterior
Muñecos
de un mismo averno
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