Un
quebranto en la voz
Un
destino con final conocido
El
deseo de los avasallados
La
batalla del Ebro con los vencedores vencidos
Andar
por la oscuridad
Sin
ningún plan concebido
donde hallar la luz en la noche eterna
Una
paloma moribunda
Una
gaviota al acecho
Comienza
el despiece de la criatura
Mirar
para otro lado
Ser
ciegos ante la verdad que nos descarna
La
guerra que no termina
Combatir
en las filas del enemigo
No
habrá tregua
Un
plato caliente en la mesa
Y volver al matadero
La
obediencia debida a Don Dinero
Y
echarnos a dormir un rato después
en
cualquier tumba abierta que encontremos
Mientras
el olvido nos canta una nana
Hasta
que algún día el amanecer
no
nos despierte jamás
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