Que
no te llore el corazón
Si
ves partir en noche abierta
tu
memoria de días mejores
Siempre
idealizados
Siempre
recordados con ropajes de oro y lentejuelas
Ahora
que desolada está la mañana
Deja
que llore el cielo gris
Que
ni tú ni yo tenemos más lágrimas
Sólo
somos dos desiertos
en
busca de un oasis
donde
derramar algún llanto
por
las almas que ya no somos
y
que nunca fuimos
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