Unos
pasos sin destino
Un
destino sin camino
Un
reloj que no da la hora
Un
tiempo parado para la razón
El
triunfo del desequilibrio
Azota
el viento
Se
lleva el recuerdo ya olvidado
Alguien
reza por sus muertos
Nadie
se acuerda del hambre de los vivos
El
bribón se hizo con la corona
Su
lengua reseca
No
dejó suelo sin lamer
Ni
palacio sin ocupar
El
séquito le hace el baile del cortejo
Cuánta
mentira que se convierte en realidad
Y
este despertador que no suena
Esa mañana que anochece en esos rostros
El
tren sale puntual
Llegamos
tarde al andén
Ahora
los arbustos crecen en los raíles
El
olvido siempre acompaña a los avasallados
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