Nadie
a quien comprender
Nada
en que creer
Una
flor en medio del fuego
Una
mano salvadora en el último segundo
En
eso deposito la fe
Un
nuevo instante para empezar a vivir
Dime
que rociaste de gasolina tu bandera de odio
Quizá
podemos comenzar a pensar
Y
construir tierras libres de prestamistas
donde
no haya más verdad que lo común e indivisible
que
es de todos y de nadie
Hoy
soñé con un sabotaje general al trabajo asalariado
Al
despertar
descubrí
que la pesadilla continuaba
Es
hora de soñar con los ojos abiertos
Y
continuar avanzando
Aunque
seamos los únicos que mantengamos la esperanza
de
un mundo sin dioses y sin privadas propiedades
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