No queda nada afuera
El huracán se lo llevó todo
Árboles torcidos que desean irse
No pueden
No hay fuga sin desgarro
Deambulo por el corazón de la ciudad
Se lo extirparon
Ahora es un decorado infame con tiendas de marcas equis
Caminos de cartón asfaltado para turistas
Lo mismo da aquí o allá
Al final todas las urbes mercantilizadas se parecen
Hiperconsumismo demencial
Yo que me vendí por menos de nada
Ahora alma robotizada no hay quien me compre
Inadaptado al hormigón y su hipoteca
Expulsado del paraíso infernal del mercado y su ley
Dame un desierto
Montaremos hogar y camas de arena donde descansar
Sopla un viento fuerte
Qué lástima
No somos hojas que vuelen sin rumbo
Monolitos de roca pensativa ideando mundos
y descartándolos al momento
Enemigos de la acción
Sucumbieron en el páramo de la desidia
Suena el teléfono
Me quieren vender no sé qué producto de una energética hampona
Cuelgo entre improperios y me acuerdo de mala manera del Inexistente
Mañana se morirá otra luna
Con ella miles de estrellas dejarán de iluminar al destino sombrío
Queda menos
Para imponer la sinrazón de la extorsión
Perdóname
Parto hacia las entrañas
A ver si hallo el estilita que existe en mí
Ausencia y vacío
La felicidad cuando se adivina el silencio
No fui a la cita
No me verás por la ciudad de los impostores
Ya no me busco ni deseo tener
Lloro por las lunas difuntas
Paseo por bosques metálicos
Alquitranada está la yerba
Se van los pasos vencidos
de un ayer insolente y desmemoriado
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