Salí demasiado tarde de casa
Salí demasiado tarde de la escuela
Salí demasiado tarde a la vida
Tarde siempre
Llegué tarde a la cita
No había nadie
Ni siquiera estabas tú
Una odisea cada mañana
Un insomnio sin ovejas que contar cada noche
El despertador herido por los golpes que le di
Y sigue sonando
Demasiado tarde para quedar con los muertos que dejé atrás
Un café y me quedo en el piso
Se cae a trozos
Ya da igual
Tapio el cielo y se apaga una estrella
Juego al ajedrez y guillotino al rey
Me salto el día del juicio final
Me declaro culpable
Doy una vuelta por los infiernos cotidianos
Me encuentro con este, con ese, con aquel
Menos contigo y la hora se suicidó en el último minuto
Demasiado tarde para ser camino en este callejón sin salida
Cierro la ventana
Apago la luz
Y en la oscuridad
Espero el retorno de lo que jamás llegará
Tarde... Tarde para qué, según quién. Quién marca el ritmo y nos subyuga a una vida de prisas en la que nunca llegamos a tiempo...? A ese quiero guillotinar, mirándole a los ojos.
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