Los días grises
vinieron para quedarse
Cansancio de lluvia
Cansancio de rutinas destructivas
Cansancio de ti
Cansancio de mí
Llaman a la puerta
Preguntan por el residente de la guadaña
Qué querrán
Ponernos una multa impagable
por querer sobrevivir sin atisbos de sogas
Nos plantan árboles con ramas fuertes
Por qué será
El lejano oeste en pleno siglo XXI
O será un campo de exterminio a cámara lenta
O, tal vez; propalar el miedo y la estupidez frívola
para mantener al vulgo amilanado, sumiso, claudicante
Y al final todo es
Qué pesadez
Lo del trabajo os hará libres
Hasta que se convirtió en condena
Nazis revividos
Habrá que armarse con dientes de ajo
y estacas para clavárselos en los pechos
Viven sin corazón
¿Dónde hallar latidos?
Malvivimos en una gran estafa piramidal
Los curritos manteniendo a diputados arribistas,
a senadores lacayos del capital, a empresarios explotadores
Y más, más mucha mierda más
Prende fuego a tu desigual
Y corre por las cimas con las cabras montesas
Días tras otro rellenando horas con fango
Perdiendo el tiempo hablando con este, aquel y demás allá
Me dijiste el perro o yo
Cogí el perro y me fui
Me dijiste el viento fresco o yo
Y por ahí ando buscando al viento fresco
Qué cansancio
Este apagón de soles y este exterminio de la naturaleza
No existe el perdón
Quién lo pidió
Un abrazo inmenso con mi solidaridad.
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