Sólo
hay marcos vacíos
De
inexistentes cuadros que contemplar
Borrachas
divagan
En
el claroscuro del tapiz incendiado
Luciérnagas
moribundas
Revolotean
a ras de suelo
Sin
luz ni vida que acuchillar
El
silencio voraz
Devorador
de ojos
Al
contemplar el dibujo ausente
De
los pasos al caminar
Hacia
la nada de un horizonte
De
rabia estrellada
En
el muro de las lapidaciones
Donde
cerebros estampados
Derraman
imaginación momificada
Perdida
en el eterno llanto
De
una sonrisa jamás liberada
De
aquella careta hallada
Donde
la carcajada
Se
ahorcó en grito
La
doliente furia
De
los mutilados
Oídos
sordos
Para
lo que mandan
Para
lo que hay que hacer
Para
el golpecito en la espalda
Del
redil has de salir
Ayer
Buscaste
otra senda
Donde
caerte en pie
Nuestras
estampas de la fotografía
Fugadas
A
guerra continua
Sin
tregua donde reposar
El
cuadro escupió la ausencia
En
Roma no se encontró nuestro camino
A
pedradas
Contra
la vida hipotecada
El
puñal que aniquila
Este
arrastrarse por el lodo
Mientras
todos sonríen
A
la podredumbre
Que
son las mentes aborregadas
La
mano extendida del torbellino
Y
con ella fuimos
A
tomar viento fresco
Y
a la mierda la comida de tus domingos
Las
palabras que no dicen nada
La
risa forzada
La
esclavitud bendecida
Me
quedo en la cama
Asesinando
a la desdicha
De
grises amaneceres
Muecas
que devoran caras
El
cuadro vacío está
De
libertad
Llegó
el lunes
Las
esposas se cerraron
Se
oyen ruidos de grilletes
Y
otra vuelta de tuerca
Para
este día
Tan
viejo
Que
nace muriendo
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