Ahora
que tocan las campanas a difuntos
En
estos tiempos en que se venden bombas inteligentes
Para
matar con mayor precisión a niños, mujeres, hombres
y
a todo ser viviente que ose respirar
Un
gobierno de traje y corbata
Un
corazón sucio
Unas
manos llenas de sangre
Servidores
de lo impúdico
y
de la inmundicia
Las
llamas del averno nos quemó los ojos
Ciegos
de por vida
Sin
ver el horror que asesinó a la belleza
El
decorado quedó limpio y bien ordenado
Los
subyugados deben conservarlo
Otros
se lo llevan crudo
No
hay gotas de sudor
en
el despacho oficial
Eso
sí
Un
maloliente olor a avaricia y a vil cinismo
se
respira en esos lares
Vetados
Pero
esperando a ser derribados
Por
el bien de la humanidad
de
nuestra inhumana condición
Del
ser no queda ni la locura
Sólo
la razón de lo civilizado
Envenenar
los ríos
Arrasar
la tierra
Mercantilizar
tus órganos vitales
Ser
carne de cañón de la economía criminal
Asegurarte
tu jubilación inexistente
Puliendo
el carro de combate que nos ha de matar
Exiliados
del sistema
El
hambre se nos merendó
Obreros
de la ideología dominante
La
comunidad en declive os acogerá en sus cementerios
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