Me levanto con los primeros compases del Sol
Hoy es el mismo día que ayer
Silba la cafetera
Amargo es el sabor que despierta el alma
Me busco algo que hacer
Me arrimo al árbol que da cobijo
y me da de comer
Poco a poco se va envejeciendo
Dónde estará la sombra arrolladora de tiempo atrás
Por las calles la humedad cala en los huesos
Ando deprisa
Para alcanzar el destino de los atropellos diarios
Mueres y vuelves a renacer
En la misma historia de siempre
Alguien me saluda
Me dice no sé qué en un idioma ininteligible
Los perros juegan a nuestro alrededor
Una despedida de cortesía
Y cada cual por su camino
Cerró la tienda de mis interioridades
Por defunción permanente
He decidido irte a buscar al trabajo
Todavía es pronto
Y empieza a lloviznar
Llego a la hora después de estar vagando por ahí
Nos metemos en el primer bar que encontramos
Hablamos de esto, aquello y del más acá
Y nos sale a deber
Nos han robado el pan
y nos han dejado con el sudor en la frente
Si pudiera huir de aquí
Huiría de allí también
Nos marchamos
Las manos en los bolsillos
Y la mente vuela por recuerdos mitificados
Mientras mis pasos van al hogar de los náufragos
Mañana toca a galeras a remar
Y pasado un bosque que aullar
Y tras la disidencia
Una luna que habitar
Me ha encantado este compás del Sol, Ángel.
ResponderEliminarUn beso
Por aquí leyendo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Te dejo un abrazo, después de admirar tus versos.
ResponderEliminarMe ha gustado ese final, con una luna para habitar despues de haber disfrutado al compás del sol, morimos y volvemos a nacer.
ResponderEliminarFeliz día.
Un abrazo
*si pudiera huir de aquí, huiría de allí también*
ResponderEliminarA menudo sueltas perlas con las que me haría un collar.
El sol nos marca los ritmos del día a día, ojalá no se hubiese inventado el reloj de pulsera y todo lo que vino detras...
ResponderEliminarQué la luna te regale un lugar de descanso confortable, un besito