El cielo llora su septiembre atormentado
Yo me muero por enésima vez
Y vuelvo a resucitar entre oasis sin desierto
Cojo el primer vuelo a tierra de nadie
Y me veo en el túnel de espera
La intemperie nos ha calado hasta los huesos
Aterrizo sintiendo tu mano entre las tinieblas
Las cenizas tiñen de negro los caminos
Ya no me acuerdo del ayer
Hasta que vienen los espíritus
para hablarme del olvido y sus cipreses
Lo que fue
Lo que somos
Ya no espero nada menos un suspiro de revolución
Azota el vendaval de un lunes cualquiera
Son las tantas de la tarde
El sol se va despidiendo
Y yo me voy con la tinaja de Diógenes
A embeberme de su sabiduría
Y un ladrido de perro liberado
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